lunes, 25 de agosto de 2014

Análisis de la caza del tesoro desde el modelo TPACK

Decisiones curriculares:
El contenido central de la actividad fueron los recursos tecnológicos presentes en la historia escolar. Dada la diversidad de edades, campos disciplinares y experiencias previas con las TIC, la docente incluyó links a otros sitios para definir a la propia actividad (caza del tesoro) y a otro concepto que ya habíamos trabajado en clase (Web 2.0).
Entre los recursos tecnológicos a analizar se encontraban el libro, el bolígrafo, el lápiz, el celular, la computadora y la televisión. Asumo que el objetivo de la actividad fue descubrir las potencialidades de la caza del tesoro en el ámbito educativo mediante la experiencia propia de los cursantes de la diplomatura.
Vista general de la caza del tesoro

Decisiones pedagógicas:
Podríamos decir que la docente se desempeñó como tutora, ya que las instrucciones de trabajo se encontraban detalladas en la página creada para tal fin. La misma proponía trabajar en forma colaborativa (en pequeños grupos) buscando información de sitios seleccionados de ante mano por la docente para sintetizar, reflexionar y responder distintas preguntas y finalmente, a modo de conclusión, crear un poster digital. Los alumnos trabajaron de manera autónoma y activa y, ante dudas técnicas, recurrieron a la docente.
Entre los criterios de evaluación podemos mencionar la capacidad de compresión, análisis y síntesis y la organización y presentación de la información. Por otra parte, las preguntas a responder y la confección del poster pueden haber servido como instrumentos de evaluación de la actividad.

Una de las consignas.

Decisiones tecnológicas:
La docente seleccionó varios sitios web como entradas de enciclopedias, artículos online, museos virtuales, bibliotecas y entrevistas. Todos fueron útiles para la búsqueda de información para resolver las consignas y para confeccionar el poster digital.

Las TIC resultaron indispensables durante el desarrollo de toda la actividad, ya que los alumnos debieron recurrir a distintos artefactos digitales para avanzar en la caza y a su vez tuvieron que elegir una herramienta para realizar la tarea final.
Sitio de un museo virtual, uno de los recursos a utilizar.

viernes, 22 de agosto de 2014

viernes, 1 de agosto de 2014

Última entrada del seminario Herramientas 2.0

En Homo Videns: la sociedad teledirigida (1997), Giovanni Sartori traza un cambio en la concepción del homo sapiens. Afirma que ha evolucionado a un homo videns, producto de la cultura de la imagen en detrimento de la escritura. Este nuevo hombre ve pero no entiende, ya no utiliza el razonamiento para abstraer ideas ni acceder al saber transmitido por la cultura escrita. Ante este panorama, Sartori se plantea algunos interrogantes sobre internet que nos siguen interpelando aún hoy, casi dos décadas después de la publicación de su libro.

En el marco de una nueva ecología del aprendizaje, la pregunta sobre el potencial de la internet en la formación de niños y jóvenes ha encontrado algunas respuestas. Según esta nueva ecología, múltiples escenarios y agentes educativos formarán parte del proceso de enseñanza. Éstos no sólo enseñarán conocimientos sino también competencias que les permitan a los aprendices seguir aprendiendo a lo largo de su vida, en donde la participación en comunidades que utilicen diferentes lenguajes para representar la información será primordial. Estos lenguajes (la palabra escrita, el audio, la imagen) presentes en la red están contribuyendo a una mayor informalización del aprendizaje del que muchos docentes son conscientes y lo utilizan  en beneficio de sus alumnos. La diversificación y distribución del conocimiento actual obliga a pensar trayectos de aprendizajes individuales donde la autonomía del aprendiente esencial. Sartori se preguntaba qué número de personas utilizarían internet como instrumento de conocimiento. No caben dudas de que los niños y jóvenes, en mayor o menor grado, ya lo han empezado a hacer. Muchas instituciones educativas, sin embargo, aún están en deuda. Siguen siendo instituciones del siglo XIX, con profesores del siglo XX y alumnos del siglo XXI.